Muchos chips de tóner en las impresoras modernos contienen chips inteligentes. Los niveles de tóner de los cartuchos originales se guardan de forma permanente y no pueden ser reestablecidos. Cuando un cartucho se recicla, el chip inteligente necesita ser reemplazado para reflejar las diferencias en los niveles de tóner en el cartucho relleno.
Los chips de tóner básicamente supervisan los datos de conteo de gotas para estimar el consumo de tóner y el número de páginas. Están programados para estimar la capacidad de impresión de un solo cartucho.
Los fabricantes afirman que
los chips inteligentes agregan valor a sus productos, pero muchos
consumidores no están de acuerdo. Algunos chips inteligentes tienen
fecha de caducidad incorporada por lo que deben ser utilizados dentro de
un periodo determinado. En consecuencia, si el cartucho es reciclado,
el chip inteligente continuará registrando que el cartucho está vacío y
se niegan a imprimir. Muchos fabricantes programan deliberadamente los
chips de tóner para enviar mensajes falsos de error para desalentar a
los consumidores a instalar cartuchos de terceros en sus impresoras
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